Brasil 2004

Edificio de Aduana, Santos, Santos es casa de uno de los más grandes puertos del mundo.

El 8 de julio tomamos un avión de la línea Varig, de Sao Paulo a Río de Janeiro, llegamos al aeropuerto internacional de Tom Jobim. Nos llevaron al hotel Luxor Regente, muy bien ubicado, súper céntrico y muy cerca de la playa. En la manera que pudo, nuestra guía nos familiarizó con la ciudad y sus puntos del interés. Al llegar al hotel nos recibieron con un Kaipiriña, una bebida agradable y nacional, su base es un ron y limón, parecido al famoso mojito. Tuvimos el resto del día libre para ver y conocer el área, familiarizarnos con la ciudad. Al llegar a la ciudad, como que uno se decepciona, se ve todo muy feo, sucio y pobre. Sin embargo en Río todo es muy turístico y muy caro, te persiguen para ofrecerte cosas, también es muy radical, por un lado tienes lugares bellísimos con gente pudiente, y por otro tienes lugares horribles con gente muy pobre y en mal estado...no se si es muy agradable esto...

Como parte del recorrido en la ciudad visitamos el Sambódromo, esa avenida con gradas con capacidad para 60.000 espectadores por donde desfilan las escuelas de samba, la principal atracción del Carnaval de Río de Janeiro, vimos muestras de trajes y todo, ya que nuestra guía, Esther, trabaja con una de las escuelas de Samba, de hecho ella conocía la famosa y mayor Fabela de Río de Janeiro, Fabela Rocinha, se estima que tiene una población de 100,000 habitantes. En Río hay 811 favelas de 3,905 en todo Brasil. Ah, pasamos de refilón por el famoso estadio El Maracaná y tiré una foto desde el autobús, no quedó muy buena, pero se hizo el intento.

Al día siguiente teníamos pautado la visita al Corcovado y Pan de Azúcar, pero el tiempo estaba tan malo, que se decidió posponerla para otro día, adelantaríamos la visita a Sepetiba Bay. Pasamos por la aldea de la pesca de Itacurussá. Luego hicimos una travesía en las aguas de Sepetiba Bay. Algunos pasajeros decidieron nadar y tomar el sol cuando paramos en una isla deshabitada, Gabriel y yo nos dedicamos a tomar fotos y sentir el aire fresco. Después de esto procedimos a ir a otra isla para un almuerzo delicioso de mariscos, muy rico toda la comida, de hecho Brasil es un paraíso para los amantes de la buena cocina y a pesar de que los ingredientes básicos son el arroz, el feijao (judías pintas) y el farofel (harina de mandioca o yuca), la comida del país no se reduce sólo a ellos, los mariscos y el pollo son deliciosos, el sazón es muy similar a la comida de Puerto Rico. El viaje de vuelta fue tan maravilloso como el de ida, esta fue ciertamente una de las atracciones más encantadoras del área entera de Río.

En la noche fuimos a ver un espectáculo de Samba en un club llamado Plataforma, ya que no era época de Carnaval, esto no hizo sentirnos como si hubiéramos estado en uno, muy completo y lleno de sorpresas.

Finalmente pudimos conocer el Pan de Azúcar y el Cristo Redentor. Es realmente preciosa la vista que hay en la cima así que valía la pena esperar, definitivamente es de lo mejor que puedes ver, aparte son íconos mundiales. Aunque el día estaba todo nublado, tratamos de hacer lo mejor que se pudo para tomar las fotos obligadas, no quedaron del todo de mi agrado, pero era eso o nada. Al Corcovado se sube a un tren de la rueda dentada para un paseo de 15 minutos a través del bosque de Tijuca, el bosque urbano más grande del mundo.

El camino es largo, subes..subes..subes, y cuando llegas, te encuentras con una escalera gigantesca que te sube hasta el Cristo, la vista es preciosa, una visión espectacular 360º sobre la ciudad, pero el Cristo se ve de menor tamaño de lo que uno se imagina que es. Ah, y se debe luchar para sacarse una foto con él..jajajajaja, esta llenísimo de turistas como la torre de babel, hablando todos los idiomas.

En el distrito de Urca es que se encuentra el Pan de Azúcar, allí, una subida del coche de cable se hace en dos etapas a la cima de la montaña del Pan de Azúcar. Toma 3 minutos para alcanzar la primera etapa, colina de Urca, donde los jardines y el punto del puesto de observación nos invitaron a gozar de esta parada situada a mitad del camino antes de continuar al pico. La vista, aunque un tanto nublada ese día, la disfrutamos como se pudo.

Antes de irnos de Río, no podíamos dejar de estar en sus playas...pero burrp...no fue como esperaba, son bellas si..pero no dan la altura de las de Puerto Rico, el agua es helada y con muy poca orilla, yo diría que su fama mundial es en el paisaje que las rodea y su malecón espectacular. Las más famosas son Copacabana e Ipanema. La playa de Copacabana es el escenario de gran parte de la vida de la ciudad para el turismo en general, debido a la gran concentración de hoteles, restaurantes y tiendas con precios mas que accesibles, el pavimento es una joya, le tomé una foto porque me encantó. En la playa de Ipanema, hay menos bullicio que en Copacabana. Es más segura y limpia y también más cara. En Ipanema el estilo es mas sofisticación. Hay edificios modernos, menos hoteles, restaurantes de excelente categoría, bares famosos como Garota de Ipanema.

Río Ciudad Maravillosa, lee un letrero, esa es la mejor definición que se puede hacer de Río. Quizá no fuimos en su mejor clima, pero Río es samba y partidos de fútbol en la playa. Río es fútbol, y el estadio Maracaná. Río es el Cristo Redentor que se alza como uno de los símbolos de Brasil. Río es alegría y sensualidad.

Aquí tendrán una atractiva impresión de Río de Janeiro, enmarcado por montañas, de un lado, y por el océano, del otro, Río de Janeiro es el nombre del Estado y de la ciudad mundialmente famosa y la más importante puerta de entrada al Brasil. Espero disfruten de las fotos. Podrás elegir entre ampliar la imagen o leer la información referente a la misma. Por favor, pulse sobre la imagen para verla ampliada. Para volver puede utilizar el botón de retorno de su navegador.

Para ubicarnos, la Región Norte del Brasil, es la región que contiene gran parte de la Amazonía, la que se extiende por Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia y Venezuela. Es la más importante reserva biológica del mundo con más del 30 % de las especies vivas del planeta, sin olvidar que la Cuenca Amazónica posee la quinta parte de la reserva de agua dulce del mundo. El corazón de la zona es el Río Amazonas, que desemboca, después de recorrer 3,417 millas en el Océano Atlántico. Allí visitamos Manaus, la que fue alguna vez una desolada isla urbana en la selva. Es ahora la capital del Estado de Amazonas, un importante centro industrial y comercial, punto estratégico de la región del Norte brasileño. Nos llevamos unos recuerdos hermosos de Manaus, para mi sorpresa, yo creía a Manaus como la cuidad donde vivía Trazan, pero lejos de eso, es una cuidad con todos los elementos necesarios para ser una importante cuidad, como lo es actualmente.

Las calles llenas de gente, los mercaditos con cientos de productos todos tan maravillosos, nombres diferentes para mi, los estantes repletos. Estamos en un barrio llamado Ponta Negra, un lugar de esta histórica Manaus cuya selva y río lo impregna todo, aquí es el Amazonas, es la selva, el pulmón que se seca y todos quieren, el calor sofocante, el terreno húmedo y las lluvias que cuando llegan hacen saber que el cielo existe. Ese día 12 de julio viajamos de Río de Janeiro a Manaus, el corazón del Amazonas y nos hospedamos en el hotel Tropical Manaus. La avenida en la playa del Ponta Negra, en la margen opuesta al hotel, ofrece una vida nocturna fascinadora, con los bares y restaurantes y créanme, era súper cerca ya que el resto quedaba un tanto aislado. Este hotel es bastante antiguo, y es decorado en su interior como si fuera un castillo, las camas eran de madera, duras como piedra, si mal no recuerdo tuve que poner el matre en el piso, pero para mi espalda fue una bendición.

En nuestro recorrido por la ciudad, vimos sitios importantes como La Aduana, El Palacio de Justicia, Las plazas e iglesias de Manaus también tienen mucho para contar, en mi memoria queda la plaza del encuentro de los continentes, pero dos de estos lugares merecen un relato especial, el primero de ellos el teatro Amazonas, que es fiel testigo de esa prosperidad. Un teatro bellísimo con unas dimensiones que asombran a cualquiera y un teatro que resiste y persiste, nada mas en aquel momento que transite por él, ofrece al mundo su famosa temporada de opera y yo desde afuera siento el sabor de las tablas. Se destaca su cúpula cubierta con treinta y seis mil escamas en cerámica esmaltada y pintada con los colores de la bandera nacional. Inaugurado el 31 de diciembre de 1896, es la obra arquitectónica más significativa del período del caucho y principal patrimonio artístico cultural del Estado.

El segundo es el Mercado Municipal Adolfo Lisboa. Al lado del puerto ese mercado que huele a pez y verduras, ese mercado con el delicioso nombre de un hombre que lleva por apellido, Lisboa. Este edificio fue asignado a los trabajadores del famoso arquitecto Gustave Eiffel y se construyó en estilo Art Nouveau entre finales del siglo 19, en 1883 y principios del siglo 20, en 1906. El mercado es una copia, no exacta, del Mercado de Les Halles de París. Ahora es un gran mercado artesanal y por supuesto mercado de frutas, especia, pescado y otros productos de la región. Es una maravilla, no se lo pierdan si algún día visitan esta ciudad.

Otra excursión maravillosa fue el encuentro de las aguas, donde la reunión del negro y de Solimões forma el río de Amazonas. El encuentro más espectacular se produce cerca de Manaus, donde las oscuras aguas del río Negro se juntan con las marrones del Solimoes. Fluyen lado a lado durante varias millas sin mezclarse, y el espectáculo que producen es el de dos ríos separados por una barrera o una pared imaginaria. Luego, en su unión, crean el río Amazonas. Es un espectáculo ver como esos dos ríos se unen y forman ese mosaico típico de los pavimentos de Río de Janeiro y de Manaus.

Así voy saliendo entonces de Manaus, con el sabor de la selva, la vivencia del puerto, los colores de las fachadas del centro y el espíritu arriba, todo esto como preparación para poder dar otro paso y pasar a Bello Horizonte, fue la antesala perfecta.

En la mañana del 15 de julio de 2004 nos trasladaron al aeropuerto para salir en vuelo regular de TAM a las 2:00 PM, con destino a Brasilia, llegamos a las 5:45 PM (2hrs.45min), para tomar una conexión en vuelo regular de TAM a las 6:43 PM, una pena que no no pudimos quedar una noche en Brasilia, será en otra ocasión, pero nuestro destino era ir a Belo Horizonte, y llegamos a las 7:50 PM (1hr. 7 min.). Nos hospedamos en el Hotel Liberty Palace. Esa noche era libre para conocer un poco la ciudad y el área.

BELO HORIZONTE, fue fundada en 1897 y es la capital del Estado de Minas Gerais, se ha convertido en la tercera ciudad del país y en uno de los enclaves industriales de la región central. La ciudad está resguardada entre picos de considerable altura y goza de un clima ideal, sólo afectada por la llegada de las lluvias una vez al año. No es considerada un destino turístico por excelencia, pero es visitada continuamente por aquellos que viajan hacia Ouro Preto y otras ciudades coloniales de Minas Gerais.

En nuestro recorrido por la ciudad estuvimos en el centro, voy a destacar la PLAZA DA LIBERDADE el PARQUE MUNICIPAL, al final de la Av. Joao Pinheiro, embellecido por sus jardines, las fuentes luminosas, las estatuas de mármol y palmeras imperiales que nos guiaron hacia el PALACIO DA LIBERDADE. Cerca del centro, tuvimos la oportunidad de visitar el pintoresco suburbio de PAMPULHA. Una hermosa iglesia cabe destacar, la IGLESIA DE SAN FRANCISCO DE ASÍS, que deposita sus votos en los jardines diseñados por Burle Marx y rinde su culto a una curiosa escultura en bronce de Ceschiatti. Este barrio se caracteriza por una edificación moderna, en gran medida planificada por Oscar NIEMEYER y por la construcción de un lago artificial.

Por último debo destacar en el centro de Belo Horizonte su Mercado Central, centro de la cultura popular del estado en la capital y gran atracción turística de la ciudad. El mercado se estableció el 7 de septiembre de 1929, con el fin de recoger en un solo lugar los productos destinados a suministrar los habitantes de la ciudad entonces. Con los años, se ha ido ampliando sus actividades y hoy, además de los alimentos se puede encontrar allí desde artesanía para mascotas, artículos religiosos a relojes, entre muchas otras especialidades en sus 400 tiendas.

A continuación verán varias fotos que pudimos sacar en nuestra visita a esta ciudad maravillosa, donde podrá elegir entre ampliar la imagen o leer la información referente a la misma. Por favor, pulse sobre la imagen para verla ampliada. Para volver puede utilizar el botón de retorno de su navegador. Espero que las disfrutes.

El Santuario del Buen Jesús de Congonhas es un conjunto arquitectónico y paisajístico formado por una iglesia, una verdadera maravilla, un atrio con esculturas de los doce profetas del antiguo testamento, seis capillas con escenas de la Pasión de Cristo hacen del lugar una experiencia inolvidable. El santuario está localizado en una colina del Maranhão, en el municipio brasileño de Congonhas, estado de Minas Gerais. Uno dice, viajar tanto para ver sólo eso, pero créanme es una oportunidad única.

El conjunto fue construido en varias etapas, en los siglos XVIII y XIX, por varios maestros, artesanos y pintores, como Antonio Francisco Lisboa, o Aleijadinho, y Manuel da Costa Ataíde. En 1939, fue declarado como Patrimonio Histórico nacional, fue considerado Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO en 1985. La iglesia fue construida entre 1757 y 1765.

De ahí seguimos a Ouro Preto, tengo que hacer un paréntesis con Ouro Preto, como otras tantas ciudades históricas de Minas Gerais, surgió con la llegada de los "bandeirantes" en busca de oro hacia el final del Siglo XVII. La antigua Vila Rica es hoy es Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO en 1980. Verdaderamente es una joya de la Arquitectura Colonial.

Situada entre las montañas del estado de Minas Gerais, en el interior del país, se halla esta histórica ciudad, que data del siglo XVIII pero que se encuentra en un perfecto estado de conservación. Ouro Preto pasa por ser uno de los mayores enclaves de arquitectura barroca del mundo.

La ciudad no es muy grande y, por momentos, el visitante tiene la sensación de estar paseando por un decorado cinematográfico, con los balcones de hierro forjado, las mansiones de color pastel y las empinadas calles repletas de adoquines, al menos a nosotros nos trae recuerdos del Viejo San Juan, en Puerto Rico.

Nuestra guía nos contó que Ouro Preto está fuertemente vinculada a la figura de Aleijadinho, artista barroco de cuyas manos brotó la característica arquitectura propia de la ciudad, que alberga 13 iglesias de estilo barroco que se remontan a la edad de oro de Brasil. La historia del Aleijadinho no deja de ser curiosa pues el escultor quedó deformado a los 40 años, al punto que sus ayudantes se veían obligados a atarle el cincel a las manos para que no se le cayera. En fin Ouro Preto es una verdadera maravilla para los amantes de la arquitectura y su importancia histórica.

Si en su paso por Brasil le surge la oportunidad de ir alguno de los lugares visitados por mi, no dude ni por un segundo en ir. Pero si tiene el tiempo y el dinero trate de llegar más allá.